jueves, 2 de mayo de 2013

Nuestra plegaria cae en la nada.


Tener razón sirve de poco o nada.
Callarla es algo que empieza a suceder ante el hartazgo de un mundo desdibujado que anula y saquea injustamente.
Duele tanto que el instinto de vida se queja dando oído a la muerte a la que estamos destinados.
Suicidio ante la impotencia y derecho mellado.
Todos los pilares quebrados.
Aquellos que curaban el alma.
Aquellos que curaban el cuerpo.
Sus jerarcas se jactan y siguen impunemente dejando a su paso losas de víctimas de su mano.
Muerte.
Desolación.
Fratricidio y genocidio.
Lo humano se ha perdido por el camino.
Retorno imposibilitado por la muralla y paralización que nos ha alcanzado.
Quebrada tangente.
Nos hieren impunemente.
Se han adueñado de nuestras vidas robando futuro y presente.
Nuestra plegaria cae en la nada.

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