martes, 16 de abril de 2013

Un niño, una niña...


Un niño, una niña, normaliza la vida que ve a su alrededor.
Un niño, una niña, debería tener un mundo nuevo de posibilidades.
Un niño, una niña, debería tener todas las posibles maneras para elegir la que quiera.
Un niño, una niña, tiene alas nuevas y magia renovada.
Un niño, una niña, no debería pasar hambre ni tomar las armas.
Un niño, una niña, no debería llorar porque el mundo le impide encontrar soportes en que sustentarse.
Un niño, una niña, no debería perder la risa y esconder en silencio el abuso a que se ve sometido.
Un niño, una niña, merece sonrisas y caricias.
Un niño, una niña, debe ser el cultivo del amor recibido para que en el futuro lo multiplique.
Un niño, una niña, es la responsabilidad de todos los adultos que habitamos la tierra.
No torzamos la rama cuando ésta es tierna.
No pretendamos enderezarla cuando ésta se seca.
Hay mucha tristeza derramada.
Hay mucha inconsciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario