sábado, 16 de junio de 2012

¡Justicia!


Me es indiferente. La vida que tengas es para tu provecho. A mí me da lo mismo que estés en una burbuja y goces de comodidades y placeres.
Lo que no acepto es que para ello, te quedes con lo que a otros les falta.
Que lo hagas sin que te tiemble el alma.
Has tenido la cuna de la abundancia. Has ido a los mejores colegios y te has titulado en múltiples universidades de élite, haciendo masters y cursos de postgrado.
Tienes en tu currículum una lista larga de posibilidades para acceder a la creme de la creme, de la oferta laboral.
A ti no te llega la carcoma del paro, ni te recortan lo imprescindible, porque andas sobradísimo de prescindibles.
Te acuestas sin remordimientos en el lecho cálido de los que todo lo tienen, y de nada carecen.
Has pasado en la urna de tu coche conducido por un chofer uniformado, sin ver lo que tienes a tu paso.
Cuando entras en tu despacho, tras caminar entre la gente de a pie, ni los ves.
Estás encumbrado en tu aura de poder.
Para ti todo son cifras.
No te preguntas si, la que te limpia las huellas que dejas tiene algún quebradero de cabeza.
No has visto los rastros en su rostro demacrado.
Ella te ha saludado, sin que siquiera la hayas mirado.
Has pasado alegre y sonriente por su lado, soltando sonrisas diseñadas en sesiones de imagen, como si plumas sacaras.
Has gozado de la servidumbre con que todos te han dado paso, sin esperar tu mirada.
Ni siquiera hablan a tus espaldas.
Sus males los proyectan fuera.
No saben que tus movimientos comerciales son parte de esa trama que todo lo desangra.
Evades impuestos, pagando menos que ellos.
Compras barato, y de regalo lo que se saquea de desahucios y ruinas.
La vida que pintas es de frufrú y zigzag sin rozar.
Te das el gusto que pagas en royalties que te manan.
Ya quisiera yo que a ti llegara el mazo que a todos nos amenaza, pero no.
Siempre tendrás las espaldas cubiertas y alternativas con puertas y puertos de salida.
Una familia que sostienes es el continuismo de los de tu casta.
Pasa ron siglos y no bastaron revoluciones.
Los tuyos siempre tuvieron mecanismos para tener en su mano el bastón de mando.
Habéis admitido cambios sociales que en cierta forma os favorecían.
Había que tener consumidores de productos que os enriquecían.
No valía pagar sólo para la supervivencia.
¿Qué te ciega?
Has matado la gallina de los huevos de oro.
¿Dónde encontrarás tu clientela?
Has visto en la globalidad el cauce para ganar más.
Plantas tus fábricas en talleres de mala muerte con sueldos y condiciones de miseria.
Produces más que barato, sin apenas pagar impuestos, y vendes facturando fuera de los controles de gobiernos a los que representas, con bandera y galardones.
Nos vendes.
¡Ojalá se te pudra el producto, o enmohezca!
Derribaría paredes y muros hasta dejar el campo abierto para que podamos medrar de nuevo sin la manipulación vuestra.
Nos habéis engañado y seguís con descaro sembrando mentiras a cara descubierta.
Os zafáis de la ley que no os roza, paseando con la cabeza bien alta nuestra vergüenza.
Hemos caído al pozo profundo del que no hay cuerda que te saque, porque no hay nadie fuera que pueda tirar de ella.
Tenemos que abrir los ojos y no dejaros resquicio para nuevas afrentas.
¡Justicia!
Pido justicia.
¿En qué puerta?
No se me ocurre dónde llamar para que se me atienda.

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